Caras de preocupación, pero con signos de cierta esperanza partimos en dirección a la Ciudad Imperial de Toledo; majestuosa ciudad, capital monumental, ciudad politeista, capaz de reunir en sus murallas tres religiones: judios. musulomanes y cristianos, cuya herencia se conserva impecable y conjugada con el modernismo del siglo XXI.
Autobuses desde todos los rincones de Castilla la Mancha y algunos de Extremadura y la Comunidad valenciana nos íbamos acercando a la ciudad que los romanos llamaron "Toletum".
De vez en cuando y a través de los cristales del autobus mirábamos al cielo y en el horizonte se empezaban a vislumbrar pequeños y tímidos trozos de cielo azul. Nuestra caras van cambiando, risas y comentasrios más jocosos inundan el habitáculo del autobus. "Ya queda poco... estamos llegando..." comenta un compañero de viaje conocedor del terreno. Y si, era cierto, empezamos a descubrir las márgenes y vega del rio Tajo y en el fondo del horizonte, como dándonos la bienvenida rl "sufrido" Alcazar de Toledo, un edificio que a lo largo de la historía a sufrido como pocos en España la crueldad de una guerra y la magnificiencia de la vida. Muerte y Vida juntas en un mismo lugar.
Entramos en Toledo y lo hacemos por uno de los lugares más emblemáticos "La Puerta Nueva de Bisagra" y lo que nos encontramos no nos defrauda en absoluto, una ciudad bullicciosa, limpia y con un ambiente especial, gentes de todas razas, de todo el mundo conocido, pasean por sus calles y plazas empapandose de ese "aroma" que desprenden sus piedras "aroma" que no es otra cosa que "Historia", uestra "Historia".La climatología xcomienza a aliarse con todos los visitantes y ciudanos de Toledo.
En el cielo, el sol aparece y las nubes oscuras se van retirando y el color azul va poco a poco ganando al negro: ..."Buen presagio de un futuro no muy lejano..." diria algun nicromante de la época.
Acompañados del sol y de las buenas temperaturas nos integramos en ese mundo multiracial y sufrimos con cierta "alegría" la orografía de la Ciudad, calles estrechas, interminables cuestas, pero volando con laimagianación a esa época de nuestra historia en la que vivian Cervantes, El Greco y tantos y tantos personajes ilustres que pasaron por esta Ciudad.
La sensación de hambre y sed comienza a hacerse notar, hay que buscar algun sitio en donde reponer fuerzas y despues de degustar suculentas viandas, continuamos con nuestro recorrido pòr la Ciudad.
A media tarde, con el sol escondiendose en el horizonte embarcamos de nuevo en nuestro autobus, ¡volvemos a casa! no si antes vover la vista atrás y mentalmente decir: "Hasta la próxima Toledo".
